Pujilí
en sus inicios fue un asentamiento indígena, los pobladores se
dedicaban a fabricar sogas, tomando como materia prima la cabuya, y
cerámicas o juguetes de barro; de su trabajo viene el nombre de PUXILIE o
PUJILEO; que vienen de lenguas nativas cuyo significado es olor a soga o
cabuya Y/O casa de juguetes.
Pero
el salto en el tiempo de un asentamiento, a ser una ciudad comercial,
cultural y gastronómica de renombre nacional, es muy significativo, mas
aun tomando en cuenta que ha tenido que soportar un terremoto que casi
destruye por completo la arquitectura colonial.
El
progreso que se ha visto nos da augurios de que el pujilinece es una
persona valiente, de empuje, que no se deja vencer por las adversidades,
es una persona positiva, que todavía confía en los demás, que es
generoso, atento y educado; la gente cálida, amable y muy alegre.
Claro
que para llegar a esto también Pujilí ha tenido sus momentos de
transición, uno de ellos cuando fue declarada ciudad educadora,
potencial científico, gracias al Instituto Pedagógico Belisario Quevedo,
de sus aulas han salido varias generaciones de educadores que hoy están
regados por varias instituciones primarias, secundarias y
universitarias del país sin olvidarnos de El Emporio Musical, ya que el
Conservatorio Inés Cobo Donoso llego a ser uno de los más importantes
del país brindando música, añoranzas, alegrías a todo el país con los
músicos, compositores y artistas; otro momento importante, 1947 cuando
se inicio la construcción, de la que sería la primera carretera en unir
la sierra con la costa, Pujilí-La Mana-Quevedo, esta época hizo de
Pujilí una ciudad con hoteles, restaurantes, gasolineras, desde el casco
urbano hasta La Mana, en ese entonces todavía parte de Pujilí.
Hoy
tenemos un Pujilí muy comercial, que tiene cada vez mas habitantes, que
consideran a Pujilí una ciudad residencial, y lo es, para habitar y
disfrutar, no solo de su tierra, si no de su gente y su paz, es por eso
que hace 30 años atrás, el casco urbano de Pujilí no pasaba de el barrio
Jesús de la Buena Esperanza, el cementerio, el Sinchaguasin y el barrio
Rosita Paredes, que apenas se estaba formando, la avenida Velasco
Ibarra y el Parque, hoy en día hay nuevas urbanizaciones, nuevos barrios
que ya son parte del casco urbano.
Otro
momento de trascendencia fue el terremoto que obligo a mucha gente a
migrar, que mato a muchos, pero de la pena y el dolor de ver sus
viviendas, sus recuerdos, destruidos; y a muchos nos obligo a ser mas
valientes, a ser mas luchadores, a ser mas huilenses, a quedarnos
velando por el ideal de que la tierra del danzante reaparezca nuevamente
en el mapa.
Hoy
Pujilí está lleno de gente joven que no se olvidan de sus orígenes, que
no quieren ya llevar algo de Pujilí al mundo, si no que más bien
quieren que el mundo llegue a Pujilí, jóvenes emprendedores que laboran
en muchos lugares del país y el mundo, pero que su corazón está siempre
aquí.
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