EL MEJOR ACTIVO FIJO DE UNA RADIO
Cruzaba el parque Vicente león de
Latacunga a eso de las 8:30 de la mañana, mientras dos personas de la tercera
edad, sentados en una banca, uno de ellos daba lectura en voz alta parte de una
noticia al otro quien escuchaba con mucha atención, unas cuantas palomas revoloteaban
por el cielo, algunos empleados municipales encargados del cuidado de este centenario
parque iniciaban su faena entre agua, palas y plantas; en el centro, la estructura
con esculturas de bronce que parecen querer salir de su forma rígida; llegue
hasta la catedral y junto a ella una puerta grande, que da a un patio, el piso
parece jugar con la imaginación, entre piedras circulares y huesos, de que o de
quien no sé, pero hay huesos en el piso huesos.
En la estructura colonial
perteneciente a la diócesis de Latacunga, en una especie de escondite, de
refugio, de trinchera esta el icono de la comunicación social, comunitaria y
activa de la provincia, radio Latacunga.
Llegue a la secretaria donde me
presente como un estudiante de la universidad técnica de Cotopaxi, de la
carrera de comunicación social y que la docente nos había pedido que visitemos
las instalaciones de una radio para conocer, más o menos, cual era la
infraestructura con que cuentan las radios; creo que gaste un poco de saliva
porque la secretaria me encamino donde el director el M.sc. Eduardo Guerrero,
donde otra vez tuve que contar la misma historia, esta vez con una respuesta favorable
y no burocrática, el muy alegre, pero sin perder la compostura de un director,
creo yo un tanto emocionado, y luego de cruzar el hermoso patio de piedra con
pileta rodeado de pilastras de madera, me dirigió hasta la cabina máster desde
donde se transmite el programa “TODOS A BORDO” y luego “QUE CHÉVERE”.
Luego de ingresar, el director se
dirigió al locutor de turno y le dio las indicaciones del caso para que me
permita charlar con él, a más de poder observar su trabajo y los equipos con
los cuales realiza su labor, ese fue el objetivo principal de esta visita.
Ricardo, quien conducía el programa que en ese momento le tocaba, me recibió algo
sorprendido de recibir visitas, y más aun con uniforme de guardia de seguridad,
en ese momento y para romper el hielo comencé con preguntas técnicas, algo
bobas por cierto, como por ejemplo: “ese radio es para escucharte?”, claro que
en la radio eso se le conoce como retorno, o monitor y sirve para poder
escuchar la realidad de cómo está el sonido de salida, luego pasamos a hablar
de computadoras, consolas, monitores de audio, internet, tecnologías, y en fin
todas los aspectos técnicos de la cabina, como el cristal, los aislantes de
sonido, la acústica, entre otras cosas; según yo creí, la “investigación” termino,
así que deje de grabar, y de tomar fotos, y estaba ya casi a punto de muy
amablemente agradecer y despedirme, cuando Ricardo inicio una charla sobre los
estudios, donde me entere que el estudia a distancia, y que al igual que yo,
siempre habíamos estado relacionados con medios de comunicación, pero no era
una idea latente de hacer una profesión de eso, también me conto que estar
encerrado, “solo” entre cuatro paredes con una computadora y un micrófono, en
realidad era estar frente a muchas personas.
Este último tema nos llevo a
hablar de la magia y el poder que tiene la radio, y juntos, como si nos conociéramos
de años, panas del alma, nos pusimos a recordar con nostalgia la época dorada
de las radionovelas y la producción radial a montones que ha dejado esta manera
de hacer comunicación, con la esperanza de que esos días algún momento llegaran
de nuevo.
Me despedí dando mis mejores
deseos, agradeciendo, a Ricardo y al director de la radio, pero salí con un
sabor muy dulce y recargado porque me di cuenta que los mejores aparatos tecnológicos
que un medio de comunicación podría tener, los mejores activos fijos son las
personas que se entregan en “alma vida y corazón” a un micrófono.